Centro escolar infantil, Guinea Ecuatorial

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El concepto del edificio consiste en una serie de piezas funcionales que se cierran al exterior, volcándose por completo a un mundo interior, un gran patio central de juego y estancia. El tránsito entre las piezas funcionales y el patio interior se realiza mediante grandes superficies porticadas, que permitirán la protección del sol y de la lluvia.

Funcionalmente, el edificio se divide en piezas de uso común (espacio polivalente, comedor…), de administración y profesorado (despachos, salas de profesores…) y aulas.

Nuestra propuesta se basa en un módulo pareado, de modo que flexibilizamos el espacio al poder unirse las aulas de dos en dos, duplicando el espacio de las mismas, mediante tabiques móviles o de fácil desmontaje, por lo que el desarrollo modular nos permitirá una fácil ampliación del centro extendiendo el patio central y multiplicando el número de módulos.

Nos hemos acercado al mínimo establecido por la normativa que hemos usado de referencia, dando servicio a un total de 182 niños en una superficie cubierta menor de 1000 m² y en una parcela de 2200 m².

Las aulas poseen un espacio libre trasero que funciona como aulas exteriores y que son unas ampliaciones que permiten multiplicar el espacio, así como las actividades programadas por los profesores. Además, se situarán bajo una cubierta de mayor altura que la del espacio porticado común, de modo que se generan unas brechas superiores por donde introducir luz natural y, sobre todo, ventilación natural, de modo que abriendo ventanas enfrentadas favorezcamos el desplazamiento del aire y su renovación.

por último, las piezas de aseo y núcleos húmedos se situarán en cajas que sobresalen de las aulas, si bien forman una banda continua de modo que las instalaciones sean fácilmente reconocibles y accesibles.